Consejos para moverse con fluidez sobre el escenario
Tenemos la creencia que es indispensable moverse en el escenario. En realidad, si el orador hace gestos, tiene expresividad en la cara, mira a su público, tiene buena potencia de voz, entona y marca pausas, el público no necesita otros movimientos.
Además, estar de pie con las piernas separadas a la anchura de las caderas y los dos pies bien apoyados en el suelo, permite canalizar mejor la ansiedad o los nervios. Una postura corporal firme permite conseguir un equilibrio corporal y emocional.
¿Cuál es el impacto del nerviosismo en el cuerpo?
Las piernas y las manos son las dos partes del cuerpo que reaccionan a la ansiedad y al nerviosismo. En comunicación decimos que son las dos zonas del cuerpo de “derivaciones psicológicas “. La tensión mental que sentimos hablando, provoca la necesidad de caminar de manera descontrolada para liberar la tensión mental y física o de apoyarnos más en una cadera.
Si estamos sentados vamos a cruzar los pies debajo de la silla o las piernas debajo de la silla. Cualquier impacto emocional tiene una repercusión sobre el lenguaje corporal. Es el cuerpo que nos traiciona de manera inconsciente. El público de hoy es tremendamente visual y es capaz de detectar dicha tensión con los gestos que hacemos y los desplazamientos descontrolados en el escenario.
¿Que provocan los desplazamientos descontrolados en el escenario?
El público tiene una concentración más visual que auditiva. En las últimas estadísticas el lenguaje corporal cuenta por un 55% de la valoración del orador. Si nos movemos demasiado caminando en el escenario distraemos al público y favorecemos su desconcentración. Además, el orador que camina de un lado a otro del escenario pierde el contacto visual, y se centra solamente en el contenido. Es importante evitar mostrar inseguridad y distraer a tu público.
¿Cuáles son las consecuencias en la comunicación del orador?
Cuando perdemos el contacto visual con el público, bajamos la voz, hablamos rápido con un tono monocorde.
¿Cuándo podemos desplazarnos en un escenario?
Sabiendo que cada 15 minutos el público se desconcentra (escuchando a un buen orador) podemos prever un desplazamiento corto (no más de tres pasos). Nos desplazamos para destacar una idea clave y llamar la atención del público, un desplazamiento corto marcando un silencio va a reforzar la escucha y provocar expectativas de parte del público. El desplazamiento se hace en momentos claves de la presentación. Lo podemos programar después de una pregunta retórica o para convencer con frases de acción o de motivación.
¿Cómo nos desplazamos y cuál es el objetivo del desplazamiento en comunicación?
Nos desplazamos en silencio con tres pasos máximos laterales o de frente mirando al público y retomamos la palabra una vez parados. Este desplazamiento silencioso va a dar importancia a lo que vamos a decir y crea expectativas. Este tipo de desplazamiento impacta al público y demuestra credibilidad y control de la comunicación.
En conclusión, pensar que el público necesita desplazamientos es una creencia. Lo más importante es mantener un anclaje corporal firme manteniendo el contacto visual con él. El exceso de desplazamientos parasita el mensaje y distrae al público.